Enfermedad de El Indultitis Bobanicolius

La Enfermedad de El Indultitis Bobanicolius es la enfermedad por la cual el público de una plaza de toros pongamos de ejemplo Sevilla con Arrojado indulta un toro que no ha embestido de largo y con poder al caballo y que solo entra en el mismo para recibir dos simulacros de puyazos como mucho como mínimo uno y gracias que en las banderillas no para de dolerse y que en el último tercio pasa de un lado a otro como un perro pulgoso detrás del hueso y que si ve que no coge el hueso se cansa y vuelve a su casita a descansar después del ejercicio pero los toros no van a su casita a descansar del ejercicio van acobardados a la querencia de turno como son los toriles pero claro después de la magnífica lidia entre comillas y de haberle llorrado al presidente el público como en muchas ocasiones o en prácticamente todas el torero que no matador o lidiador el presidente con el rabo entre las piernas accede para que no haiga un altercado de orden público según la versión oficial y asquerosa o repugnante y después de tener 15 o 20 indultos la ganaderías como Zalduendo,Garcigrande,Nuñez del Cuvillo ect la prensa lame culos y los aficionados también lame culos en conjunción perfecta con el ganadero de turno dicen que la ganadería de Garcigrande por poner un ejemplo es la más brava o una de ellas por todos los indultos de matadero que consiguen al largo del año lidiando en la mayoría de las ferias sin mérito alguno mientras que ganaderías que si tienen méritos para ir a todas las ferias o una gran parte de ellas tienen que vender en Francia,a las peñas taurinas,comisiones taurinas y ayuntamientos de los pueblos como el de Coria,La Vall D'Uixo o peor aún mal vender en cualquier pueblo con plaza de toros de tercera categoría o portátil o lo peor de lo peor quedarse la camada entera en el campo y el ganadero chupándose el dedo para meterselo en el culo para dar vueltas por que no tiene otro remedio si queremos defender la Tauromaquia debemos erradicar el Indultitis bobanicolius y todo tipo de mal que hay en la fiesta de los toros que tanto amamos algunos más que otros por desgracia.