La Apuesta
Guerrita apostó 1.000 pesetas a que D. Tancredo no se arriesgaba a ejecutar la suerte con un bicho de Miura, y el sugestionador aceptó la apuesta si el famoso espada prescindía de una condición impuesta por él y que el valenciano no podía aceptar. No se llevó adelante lo de la apuesta; pero, nuestro hombre aguantó impasible la acometida del Miura, y Guerra al verlo declaró no haber visto nunca "cohones" semejantes, y que por nada en el mundo se pondría él "encima del cajón paja sé de estauta"
La foto es ilustrativa
Publicación original de Antonio Román Romero
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